Alentejo – enamórate de sus increíbles paisajes y hermosas playas
En el vasto interior del Alentejo, campos rubios ondeando al viento, inmensas llanuras intercaladas con alcornoques y olivos que resisten al tiempo; en la costa, playas salvajes de belleza inexplorada.
Aquí y allá se levantan recintos amurallados, como Marvão o Monsaraz.
En las colinas, las casas encaladas de una sola planta coronan pequeñas colinas.
Los castillos evocan luchas y conquistas, y los patios y jardines son testigos de la influencia árabe.
En el Alentejo, la fuerza de la tierra marca el tiempo y hay ciudades, clasificadas como «Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO», que muestran la tenacidad del pueblo.
En Évora, que es un libro de historia del arte, es posible admirar un templo romano, una catedral, hermosas iglesias y la famosa capilla de los huesos.
Con una posición estratégica en la defensa del territorio durante la Edad Media, está Portalegre, situada cerca de la frontera con España. En Beja tuvieron lugar grandes batallas para defender las fronteras de Portugal. El monumento emblemático de esta región es la torre del homenaje del castillo, de 40 metros de altura, construida en mármol, que abunda en los alrededores, desde donde se puede admirar la ciudad y el paisaje alentejano circundante.
La llanura facilita los paseos a pie o en bicicleta, pero los caballos también forman parte del lugar. En Castro Verde podemos combinar los paseos a caballo con la observación de aves en embalses como el de Alqueva, con sus aguas serenas o contemplando el manto de estrellas de la Ruta del «Cielo Oscuro» que contamina la placidez del lugar.
En la costa, el paisaje es alto y escarpado. Destacan Zambujeira do mar y Almograve, que, entre acantilados rojizos y dunas, es un refugio para los amantes del surf y del bodyboard. Desde el pueblo hay un camino entre el campo y la playa, que pasa por dunas y formaciones rocosas de millones de años.
Es en la costa alentejana, al sur de Sines, donde comienza el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, una de las regiones costeras más magníficas de Europa y del mundo, que se extiende hasta Sagres, en el Algarve.
Las playas de São Torpes, Morgável y Vale Figueiros merecen una visita. El rico paisaje submarino de esta zona es muy popular para el buceo.
Aquí también hay aromas de campo. Las hierbas sazonan el pescado, el marisco y otros platos regionales, que se acompañan con excelentes vinos de la región.
Y también hay una expresión musical genuina que no puede faltar: cantado a coro y sin uso de instrumentos musicales el «cante alentejano» reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.