Norte y Oporto – diversidad natural y cultural
El impresionante paisaje, las fascinantes aldeas medievales, los castillos históricos y las cadenas montañosas de abrumadora belleza natural hacen del norte de Portugal un destino obligatorio para completar su visita a Portugal.
Portugal se fundó en el siglo XII en Oporto y las regiones del norte. Los portugueses se convirtieron entonces en un pueblo y una nación.
El río Duero atraviesa la región y se adentra en Portugal entre los barrancos y las montañas del interior para fluir por todo el paisaje «Patrimonio de la Humanidad» donde se producen los famosos vinos de Oporto y del Duero. Desde allí, el vino se envía a las bodegas de Vila Nova de Gaia, mientras los cruceros que recorren la región se dirigen río arriba.
Oporto es la segunda ciudad más grande de Portugal, conocida por su puente de arco metálico de dos pisos, sus estrechas calles llenas de historia y el mercado de Bolhão.
También debe descubrir:
Guimarães – el lugar donde nació el primer rey de Portugal, es conocido como la cuna de Portugal. La ciudad cuenta con armoniosos y bien conservados monumentos emblemáticos, reliquias históricas y plazas llenas de flores.
Fue clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la originalidad y autenticidad aplicadas en su restauración.
Viana do Castelo – es una de las ciudades más bellas del norte de Portugal, implicada en los descubrimientos portugueses y, posteriormente, en la pesca del bacalao, lo que demuestra su tradicional conexión con el mar.
Braga – es una ciudad animada y repleta de jóvenes que estudian en sus universidades.
La Sé es la catedral más antigua de Portugal y fue la mayor referencia religiosa a lo largo de los siglos. De ahí viene el dicho popular «más viejo que la Sé de Braga», para denotar algo que es extremadamente antiguo.
Peneda-Geres – el Parque Nacional en el extremo noroeste de Portugal, es la única zona protegida portuguesa clasificada como tal. La vegetación crece rodeada de ríos y lagos, cascadas y nichos de ensueño junto a los senderos de los pastores o las antiguas calzadas romanas. La región es el refugio de algunos de los últimos grandes depredadores supervivientes de Europa.
Guimarães surgió en el siglo X, incluso antes de que Portugal fuera considerado un país, de ahí que se la conozca como la ciudad cuna. Los monumentos espectaculares que no puede dejar de visitar son la Capilla de San Francisco y el Castillo de Guimarães.