Tróia y Comporta – descubra este paraíso secreto
A una hora de Lisboa, Tróia es un destino verdaderamente paradisíaco, una línea de playa de 30 km de longitud de aguas translúcidas y arena fina y suave.
Si opta por llegar a Tróia en ferry, con un poco de suerte podrá tener el privilegio de avistar los delfines que habitan en el estuario del Sado.
Al final de la península, con vistas a la sierra de Arrábida, un gran banco de arena convierte la playa en una auténtica piscina de aguas tranquilas, ideal para niños y adultos.
Entre Soltróia y Comporta hay cinco senderos entre la vegetación dunar, senderos que llevan a la arena, para los que prefieren la tranquilidad de las playas casi desiertas.
La sublime Comporta, la zona más hippie-chic del país, mantiene un lado genuino, con restaurantes típicos y tiendas de artesanía y decoración para casas de playa.
Para comer, no faltan buenas opciones de restaurantes. Desde pescados a la brasa hasta recetas tradicionales, arroces y mariscos, en lugares acogedores, a pie de carretera, en terrazas de playa o en quioscos de madera…
Además de tomar el sol y nadar, hay más cosas que ver y experimentar:
- los mejores paseos a caballo del país, que en momentos increíbles atraviesan los arrozales, y suben, a través de las dunas para llegar a la playa desierta;
- la observación de los delfines mulares, una experiencia extraordinaria, que envuelve a los participantes en alegría y emoción;
- el puerto deportivo de Tróia, frente a Setúbal, con espacio para unos 200 barcos;
- el Casino, con música en directo, mesas de juego y cientos de tragaperras;
- el muelle de Carrasqueira sobre pilotes, una obra maestra de la arquitectura popular, erigida en los años 50 y 60, que es única en Europa y está construida sobre pilotes de madera irregulares;
- las ruinas romanas escondidas en las dunas desde el siglo I y donde se encontraba el mayor complejo de salazón de pescado de la época romana.